En Cárdenes Salud somos conscientes de que con la llegada del verano se multiplican los riesgos de contraer infecciones y de desarrollar patologías en nuestros pies, al sufrir una mayor exposición en general al sol y a distintos factores externos que debemos de controlar para evitar sustos indeseados.
Por ese motivo queremos dar a nuestros clientes cinco consejos de utilidad para preservar al máximo la salud de sus pies:
1 – Vigilar la aparición de rozaduras y heridas en los pies
Con la llegada del calor y del buen tiempo todos hay una tendencia generalizada a prescindir del uso de calcetines, lo que indirectamente provoca un aumento considerable de riesgo de aparición tanto de heridas como de desarrollar ampollas, debido fundamentalmente al aumento de la fricción del calzado sobre la piel de nuestro pie.
En el caso de la aparición de heridas, debemos de curarlas lo antes posible y a ser posible intentar sustituir el calzado por otro diferente que reduzca al máximo la fricción sobre la zona del pie dañada por el movimiento del pie al caminar.
En caso de no restañar adecuadamente las heridas y de no tomar las medidas adecuadas para evitar agravar el daño sobre nuestro pie, probablemente derivará en una molesta ampolla, que deberemos de tratar evacuando el líquido de su interior para aplicar a continuación povidona yodada sobre la zona, evitando en todo momento retirar la piel dañada, porque nos ayudará a proteger la zona afectada.
2 - Uso restringido de chanclas
Debemos de hacer un uso responsable de las chanclas, siendo conscientes de que momentos su utilización es recomendable y en que momentos no lo son.
Las chanclas son una barrera de protección para los pies en zonas húmedas, como puedan ser los vestuarios, las duchas comunes o los accesos a piscinas, que nos van a servir para evitar el contacto directo del pie con la superficie, lo que disminuirá los riesgos de contraer hongos o papilomavirus en la planta del pie.
Es importante no compartir nunca ni el calzado ni la toalla y evitar caminar descalzos sobre las moquetas de los hoteles o en espacios públicos.
A pesar de las virtudes evidentes de las chancletas en el periodo estival, no debemos de abusar de ellas, siendo por lo general recomendable el uso en su lugar, de un calzado abierto y transpirable, fabricado en materiales que no sean agresivos con la piel.
También es importante utilizar un calzado que cuente con una suela resistente y no demasiado fina, para evitar forzar la articulación y aumentar la tensión generada en la fascia plantar, en el tendón de Aquiles o en los gemelos.
3 - Protección solar
Todos somos conscientes de la peligrosidad de exponernos a los rayos solares durante el verano sin la protección que nos brinda una crema solar, sin embargo no tanta gente es consciente de la importancia de proteger los pies con crema solar.
Además es vital intentar evitar los paseos por la arena en las horas de mayor temperatura, para evitar quemaduras en la planta del pie, además de ser necesario no perder de vista el suelo para evitar pisar objetos que puedan dañar nuestros pies.
4 - Secado e hidratación
Tras un buen baño en la piscina o en el mar, es conveniente secar bien los pies, con especial atención a las uniones de los dedos y las uñas, con la finalidad de evitar que haya humedad en los pies, ya que es el primer caldo de cultivo para los hongos y las bacterias.
Además es muy importante secar convenientemente las chanclas siempre que hubiesen estado en contacto con zonas húmedas o mojadas, de cara a un uso posterior de las mismas.
En todo caso, siempre es recomendable favorecer la hidratación de los pies con una crema específica podológica que podemos aplicarnos antes de irnos a dormir con un pequeño masaje.
5 – La importancia de una buena pedicura y de visitar periódicamente al podólogo
Si durante todo el año es recomendable mantener una higiene y cuidado del pie, es todavía más importante si cabe durante el verano, evitando la proliferación de durezas y callosidades, con una pedicura que mantenga a nuestro pie en perfecto estado de revista.
Además siempre es recomendable acudir al podólogo para una valoración periódica del estado de nuestro pie y de nuestras uñas, que evite la aparición de patologías en nuestros pies.