¿Cómo proteger los ojos de tus hijos del cloro durante este verano?
Con la llegada del verano se multiplican los problemas derivados del contacto del cloro con los ojos de nuestros hijos e hijas en sus frecuentes visitas a la piscina.
Su diversión no debe de estar reñida en ningún momento con su salud ocular, por lo que desde la Cárdenes Salud queremos darles una serie de consejos destinados a preservar el cuidado de sus ojos sin tener que renunciar a su diversión durante estas vacaciones veraniegas.
La importancia de contar con unas gafas de natación adecuadas
Los productos de limpieza empleados en las piscinas tanto públicas como de carácter privado, contienen una serie de contenidos químicos, tales como el cloro, el bromo y el ozono, que en determinadas ocasiones puede irritar los ojos y llegar a producir una incómoda conjuntivitis.
Ante este panorama, lo ideal es contar con la protección de unas gafas de natación, que preservarán en todo momento los ojos de nuestros hijos, siempre y cuando estén debidamente ajustadas y permanezcan en todo momento con ellas puestas durante el tiempo que permanezcan en el interior de la piscina.
Es importante no compartir la toalla en ningún caso y que siempre se duchen antes y después de entrar en la piscina.
También es recomendable utilizar gafas de sol con filtro UV para evitar exponer en todo momento los ojos de nuestros hijos a la luz solar.
Remedios para aliviar los ojos de los niños que han sido expuestos al cloro
En aquellos casos en los que el niño se haya visto afectado por el cloro, probablemente sufra un incómodo picor, tendrá los ojos rojos y podría incluso tener una visión borrosa.
¿Qué debemos de hacer en esta situación?:
- Enjuagar los ojos con suero fisiológico
- Aplicar gotas humectantes para los ojos, destinadas principalmente a recuperar el lacrimal perdido provisionalmente por el efecto del cloro
- Usar compresas frías para aliviar el picor
- Evitar en todo momento que los niños se froten los ojos al salir de la piscina
Es importante vigilar la evolución de las molestias del niño, ya que en caso de que persistan más allá de las dos horas o si en ese intervalo sufre de algún tipo de secreción ocular, debería de acudir al oftalmólogo para asegurarse que no tenga ningún tipo de infección ocular.